Y en especial la astillosa, torcida, la más sufrida que se encuentran en las calles, sobre la que ha caído lluvia y frío de mil colores. La madera nudosa, pelada, áspera, a la que tanto le importa el lugar de donde ha venido como allá donde vaya a ser destinada. Aquella deseosa por ofrecer un lugar para ser tu eterna compañera.

Desde que recordamos, la madera ha formado parte de nosotros, su olor, su calidez, su ambiente acogedor. Cansados de tanto prefabricado, decidimos hacer nuestros propios muebles comprando tableros en grandes superficies. No eran gran cosa, pero tenían nuestra personalidad. Cuando el presupuesto no daba para más, encontramos unos palets en la calle y lo vimos como una posibilidad, un mundo nuevo. Los desmontamos e hicimos una estantería

A partir de entonces surgió en nosotros la pregunta ¿Por qué no reutilizar tantos recursos? Luego hicimos una mesa y ¿por qué no unas sillas? Más tarde llegaron lámparas, cajas… De nuevo disfrutábamos con la sensación de estar haciendo algo con sentido.

A partir de entonces nos superamos cada día en ofrecer una manera diferente de ver la vida, aquello que pasa mientras estamos en otras cosas que dijo John Lennon.

Nos empeñamos a cada instante en convertirlas en algo que te distinga, que te inspire, que te anime, porque eres importante ya que sin ti nada existiría.

Déjanos acompañarte, como amante silencioso, en tus pensamientos y que, de alguna u otra forma, te haga sentir orgullos@.

“A la gente le encanta ver lo que a otros les apasiona”

(La,La, Land).